Bajo el permafrost ártico se puede encontrar uno de los mayores tesoros de la humanidad: el banco de semillas de Svalbard. En la actualidad, cuenta con más de 1.000.000 de muestras, procedentes de casi todos los países del mundo.
El objetivo de la creación de este laberinto helado es hacer una “copia de seguridad” de las semillas de cada país. Muchas de ellas ya están conservadas en bancos de semillas propios, pero guardar otra muestra en Svalbard es sinónimo de seguridad extrema.
El edificio está construido por encima del nivel del mar, para prevenir inundaciones, y a prueba de cualquier desastre natural o artificial. La ubicación en esta isla ártica a -18 grados, permite que si existe cualquier fallo eléctrico se mantenga la temperatura a la que están conservadas las semillas.
La propiedad de cada muestra pertenece únicamente a quien la envió, siendo también el único que puede decidir retirarla si la necesita. El gobierno de Siria fue el primero en hacer uso de esta copia de seguridad, al ser destruido su banco de semillas situado en Alepo a causa de la guerra. Con las muestras extraídas fueron capaces de recuperar los cultivos perdidos y rehacer su banco en varias ciudades diferentes.
Aunque el banco pertenece al gobierno noruego, está creado al servicio de la comunidad global y gestionado por la organización internacional CropTrust. Cualquier país puede enviar sus semillas para ser conservadas en esta isla remota, sin coste de almacenaje, ya que está financiado por múltiples asociaciones y ONGs.
Para saber más acerca de Svalbard puedes consultar su página web.