En 1990, preocupados por la deforestación y la degradación del suelo, un grupo de empresas, asociaciones medioambientales y ONG de derechos humanos se unieron para crear algo más grande que ellos mismos. Vieron la necesidad de definir un sistema que identificara los bosques bien gestionados, garantizando la sostenibilidad de su explotación.
El Forest Stewardship Council nació como una institución no gubernamental, independiente e internacional con la credibilidad necesaria para certificar las buenas prácticas relacionadas con la gestión forestal y los productos de madera producidos de forma responsable.
Pero hoy en día, el FSC no sólo certifica productos madereros, sino que sus certificaciones incluyen productos no maderables como frutas, miel, carne de caza, productos de ganadería extensiva y plantas aromáticas y medicinales. Todo lo que está dentro de un bosque certificado es susceptible de ser certificado si sus condiciones son compatibles.
Dando un paso más, el FSC ha comenzado a certificar los servicios ecosistémicos, dando valor a aquellas regiones en las que su gestión forestal tiene un impacto positivo en la conservación de las especies de fauna y flora. Pero no simplemente por su explotación, sino como ayuda indispensable para la regulación del clima, la producción de agua limpia y suelo fértil, fuente de biodiversidad y espacio de ocio, bienestar, ejercicio y celebración.
Cuidar y valorar lo que ya tenemos es un factor clave para conservar la biodiversidad y garantizar la sostenibilidad de nuestros bosques. Trabajar junto con el bosque es la única forma de garantizar una explotación justa de sus recursos y el FSC está ayudando a millones de personas de todo el mundo a tomar conciencia y apreciar lo que puede hacer un bosque sostenible.
Puedes obtener más información sobre la certificación FSC en su página web.